Has invertido en un disco duro NVMe pensando en disfrutar de velocidades supersónicas, pero te encuentras con que la velocidad de escritura deja mucho que desear. No te preocupes, ¡a muchos nos ha pasado! 😅 En este artículo, vamos a explorar las posibles causas de este problema y te daremos las herramientas y conocimientos necesarios para optimizar tu NVMe y exprimir todo su potencial.
¿Por qué mi NVMe es lento al escribir? 🕵️♀️
Antes de empezar a buscar soluciones, es crucial entender por qué tu NVMe no está rindiendo como debería. Aquí tienes algunas de las razones más comunes:
- Controlador obsoleto o defectuoso: El controlador es el software que permite a tu sistema operativo comunicarse con el hardware. Un controlador desactualizado o corrupto puede ser una fuente importante de problemas de rendimiento.
- Espacio en disco casi lleno: Los discos SSD, incluyendo los NVMe, sufren una degradación en su rendimiento cuando están casi llenos. Esto se debe a la forma en que gestionan la escritura de datos.
- Temperatura elevada: El calor es el enemigo de la electrónica. Las altas temperaturas pueden provocar una ralentización (throttling) del rendimiento para proteger el hardware.
- Configuración incorrecta del BIOS/UEFI: Algunas configuraciones en la BIOS/UEFI pueden limitar el rendimiento de tu NVMe.
- Problemas de la placa base: En raras ocasiones, un puerto M.2 defectuoso o una incompatibilidad con la placa base puede ser la causa.
- El „caché SLC” está lleno: Los NVMe utilizan una pequeña porción de su memoria como caché SLC para acelerar las escrituras. Una vez que se llena, la velocidad de escritura se reduce drásticamente.
- Unidades antiguas con TBW limitado: La vida útil de una unidad NVMe se mide en TBW (Terabytes Written). Si estás cerca de agotar este límite, la velocidad de escritura se puede ver afectada.
¡Manos a la obra! 🛠️ Soluciones paso a paso
Ahora que conoces las posibles causas, vamos a solucionar el problema. Sigue estos pasos para aumentar la velocidad de escritura de tu NVMe:
1. Actualiza o reinstala el controlador NVMe
Este es el primer paso, y a menudo el más efectivo. Busca el controlador más reciente en la página web del fabricante de tu disco NVMe o de tu placa base. Desinstala el controlador antiguo y luego instala el nuevo. Reinicia el ordenador después de la instalación.
¿Cómo encontrar el controlador adecuado?
- Abre el Administrador de dispositivos (busca „Administrador de dispositivos” en el menú Inicio).
- Expande la sección „Unidades de disco”.
- Haz clic derecho sobre tu NVMe y selecciona „Propiedades”.
- Ve a la pestaña „Detalles” y selecciona „Id. de hardware” en el menú desplegable „Propiedad”.
- Copia el primer valor que aparece (será algo así como „PCIVEN_XXXX&DEV_YYYY”).
- Busca ese valor en Google. Esto te ayudará a identificar el fabricante y modelo exacto de tu NVMe.
2. Libera espacio en tu disco
Intenta mantener al menos un 20% de espacio libre en tu disco NVMe. Desinstala programas que no uses, elimina archivos innecesarios y considera mover archivos grandes a otro disco (como un disco duro externo o un SSD secundario). Utiliza herramientas como el Liberador de espacio en disco de Windows para ayudarte a encontrar y eliminar archivos temporales.
3. Comprueba la temperatura del NVMe
Utiliza un programa de monitorización de hardware como HWMonitor o CrystalDiskInfo para vigilar la temperatura de tu NVMe. Si la temperatura es consistentemente alta (superior a 70°C), considera mejorar la refrigeración. Esto puede incluir añadir un disipador de calor al NVMe o mejorar el flujo de aire dentro de tu caja.
4. Verifica la configuración de la BIOS/UEFI
Accede a la BIOS/UEFI de tu placa base al arrancar el ordenador (generalmente pulsando la tecla Supr, F2, F12 o Esc, dependiendo de tu placa). Asegúrate de que el puerto M.2 donde está conectado tu NVMe está configurado en modo „PCIe Gen3” o „PCIe Gen4” (dependiendo de la generación de tu NVMe y de tu placa base). También, busca opciones relacionadas con el „NVMe RAID” o „VMD” (Volume Management Device) y, a menos que estés utilizando RAID, desactívalas. Asegúrate también de que la opción „Secure Boot” esté habilitada, ya que en algunos casos la deshabilitación puede causar problemas de rendimiento en unidades NVMe.
5. Comprueba la salud de tu disco
Utiliza CrystalDiskInfo para comprobar el estado S.M.A.R.T. de tu NVMe. Esto te dará información sobre el estado general del disco, incluyendo la cantidad de datos escritos (TBW) y cualquier error detectado. Si detectas errores críticos, es posible que tu NVMe esté fallando y necesites reemplazarlo.
6. Optimiza Windows para SSD
Windows suele optimizarse automáticamente para SSDs, pero es bueno verificar algunas configuraciones:
- Asegúrate de que TRIM está habilitado: TRIM es una función que ayuda a mantener el rendimiento de los SSDs a lo largo del tiempo. Abre el símbolo del sistema como administrador y ejecuta el comando
fsutil behavior query DisableDeleteNotify. Si el resultado es „DisableDeleteNotify = 0”, TRIM está habilitado. Si es „DisableDeleteNotify = 1”, TRIM está deshabilitado. Para habilitarlo, ejecuta el comandofsutil behavior set DisableDeleteNotify 0. - Desfragmentación programada: La desfragmentación es útil para los discos duros mecánicos, pero perjudicial para los SSDs. Asegúrate de que la desfragmentación programada está deshabilitada para tu NVMe. Puedes hacerlo buscando „Desfragmentar y optimizar unidades” en el menú Inicio.
7. Considera el uso de un disipador de calor
Como mencionamos antes, el calor puede ser un problema importante. Si tu NVMe no tiene un disipador de calor, considera instalar uno. Hay muchos modelos disponibles, tanto pasivos como activos (con ventilador). Un disipador de calor puede ayudar a mantener la temperatura bajo control y evitar la ralentización del rendimiento.
8. Prueba con un software de benchmarking
Utiliza un software de benchmarking como CrystalDiskMark o AS SSD Benchmark para medir la velocidad de lectura y escritura de tu NVMe antes y después de aplicar las soluciones anteriores. Esto te permitirá ver si realmente estás mejorando el rendimiento.
Opinión personal (basada en la experiencia) 📝
En mi experiencia, la mayoría de las veces las bajas velocidades de escritura en un NVMe se deben a un controlador obsoleto o a la falta de espacio libre en el disco. Actualizar el controlador suele ser la solución más rápida y sencilla. Sin embargo, no subestimes la importancia de la temperatura. He visto casos en los que un simple disipador de calor ha hecho una diferencia enorme en el rendimiento. Recuerda que cada sistema es diferente, así que experimenta con las diferentes soluciones hasta encontrar la que mejor funcione para ti. Y por supuesto, ¡no olvides hacer copias de seguridad de tus datos antes de realizar cualquier cambio importante! 💾
„Un NVMe lento es como un coche deportivo atascado en el tráfico. Tiene el potencial de ser rápido, pero algo lo está frenando.”
Conclusión ✅
Con estos consejos y soluciones, esperamos que puedas optimizar tu disco duro NVMe y disfrutar de las velocidades que esperabas. Recuerda que la paciencia y la persistencia son clave. No te desanimes si la primera solución no funciona; sigue probando hasta encontrar la combinación adecuada. ¡Mucha suerte! 👍