¡Hola a todos los entusiastas de la informática! Hoy quiero compartir con vosotros la historia de mi última construcción: una PC SFF (Small Form Factor) que redefine lo que significa „pequeño pero matón”. Durante mucho tiempo, he soñado con tener un ordenador potente que no ocupe la mitad de mi escritorio. Y después de mucha investigación, planificación y algunos (pocos) dolores de cabeza, ¡lo he conseguido!
¿Por qué una PC SFF? 🚀
La pregunta es lógica: ¿por qué complicarse la vida con un formato tan compacto? Para mí, la respuesta es simple: espacio y estética. Vivo en un apartamento pequeño y no quiero sacrificar mi escritorio por una torre gigantesca. Además, me gusta la idea de tener un ordenador potente que sea discreto y elegante. Las PC SFF ofrecen un equilibrio perfecto entre rendimiento y tamaño, y me permiten tener lo mejor de ambos mundos.
Otra razón importante es la portabilidad. Aunque no planeo llevar mi PC de viaje todos los días, la capacidad de poder moverla fácilmente para eventos LAN o simplemente para limpiarla sin romperme la espalda es un gran plus. Imagina poder llevar la bestia que te permite jugar a todo en ultra a la casa de un amigo sin que parezca que estás mudando tu oficina.
Componentes Clave: El Corazón y los Músculos 💪
Aquí viene la parte jugosa: los componentes que dan vida a esta pequeña maravilla. Elegir las piezas correctas para una PC SFF es crucial, ya que el espacio es limitado y la refrigeración puede ser un desafío.
- Procesador: AMD Ryzen 7 7700X. Opté por este procesador porque ofrece un rendimiento excepcional para juegos y tareas de productividad, con un consumo energético razonable. Es un chip muy capaz que no se achanta ante nada.
- Tarjeta Gráfica: NVIDIA GeForce RTX 4080. ¡La joya de la corona! Sabía que quería lo último en potencia gráfica para disfrutar de los juegos más exigentes en resolución 4K. Encontrar un modelo que encajara en mi chasis SFF fue un reto, pero valió la pena cada segundo de búsqueda.
- Placa Base: ASUS ROG Strix B650E-I Gaming WiFi. Una placa base mini-ITX con todas las características que necesito, incluyendo PCIe 5.0, WiFi 6E y un excelente sistema de refrigeración VRM.
- Memoria RAM: 32GB DDR5 6000MHz CL30. Suficiente memoria para cualquier tarea, con una velocidad que complementa el rendimiento del procesador.
- Almacenamiento: SSD NVMe PCIe 4.0 de 2TB. Velocidad de vértigo y capacidad de sobra para mis juegos, aplicaciones y archivos.
- Fuente de Alimentación: Corsair SF750 750W 80+ Platinum. Una fuente SFX de alta calidad con la potencia necesaria para alimentar este monstruo, y con una eficiencia energética excepcional.
- Caja: Lian Li A4-H2O. El chasis elegido, con un volumen de solo 11 litros, que ofrece una excelente compatibilidad con componentes de alto rendimiento y un diseño elegante.
- Refrigeración CPU: Cooler Master MasterLiquid ML240L RGB V2. Un sistema de refrigeración líquida AIO de 240mm que mantiene el procesador fresco incluso bajo carga máxima.
El Desafío de la Refrigeración ❄️
La refrigeración es, sin duda, el mayor desafío al construir una PC SFF. El espacio limitado dificulta la disipación del calor, y es fundamental elegir componentes que sean eficientes energéticamente y que cuenten con buenos sistemas de refrigeración. El disipador líquido AIO de 240mm para la CPU fue crucial, y también presté especial atención a la refrigeración de la tarjeta gráfica, eligiendo un modelo con un buen disipador y varios ventiladores.
Además de los componentes, la gestión del flujo de aire dentro de la caja es fundamental. Intenté crear un flujo de aire positivo, metiendo aire fresco desde el exterior y expulsando el aire caliente por la parte superior y trasera de la caja. Esto ayuda a mantener una temperatura adecuada y a evitar el sobrecalentamiento.
El Montaje: Paciencia y Precisión 🛠️
Montar una PC SFF es una experiencia diferente a la de montar un ordenador tradicional. Requiere mucha paciencia, precisión y una buena dosis de planificación. El espacio es limitado, y hay que pensar muy bien cada paso para evitar problemas. Empecé por instalar la placa base en la caja, luego la fuente de alimentación y la memoria RAM. Después, instalé el disipador líquido AIO y, finalmente, la tarjeta gráfica.
La gestión de cables es otro aspecto importante. Intenté ocultar la mayor cantidad posible de cables detrás de la placa base y en los espacios disponibles, para mejorar el flujo de aire y la estética de la construcción. Utilicé bridas y velcro para organizar los cables y evitar que interfieran con los ventiladores.
El mayor consejo que puedo dar es: planifica con antelación. Investiga a fondo la compatibilidad de los componentes, mide el espacio disponible en la caja y ten paciencia durante el montaje. ¡No te rindas si algo no sale bien a la primera!
Rendimiento: Una Bestia en Miniatura 🎮
Después de todo el esfuerzo, llegó el momento de probar el rendimiento de esta pequeña bestia. Y los resultados fueron impresionantes. En juegos como Cyberpunk 2077, puedo jugar en resolución 4K con los ajustes al máximo y mantener una tasa de fotogramas estable de entre 60 y 80 fps. En otros juegos menos exigentes, como Overwatch 2 o Valorant, puedo superar los 144 fps sin problemas.
El rendimiento en tareas de productividad también es excelente. La CPU y la memoria RAM trabajan juntas para ofrecer una experiencia fluida y sin interrupciones. Puedo editar vídeos en 4K, renderizar modelos 3D y ejecutar aplicaciones exigentes sin que el ordenador se ralentice.
Temperatura y Ruido 🌡️🔊
A pesar de la potencia de los componentes, las temperaturas se mantienen dentro de rangos aceptables. La CPU alcanza un máximo de 75 grados Celsius bajo carga máxima, y la tarjeta gráfica no supera los 70 grados Celsius. El ruido es moderado, aunque se nota un poco más cuando la tarjeta gráfica está funcionando al máximo. Sin embargo, con unos buenos auriculares, el ruido no es un problema.
Para mejorar aún más la refrigeración y reducir el ruido, estoy pensando en cambiar los ventiladores de la caja por modelos de mayor calidad y menor sonoridad. También estoy considerando la posibilidad de instalar un controlador de ventiladores para ajustar la velocidad de los ventiladores en función de la temperatura.
Conclusión: ¿Vale la Pena? 🤔
En definitiva, ¿merece la pena construir una PC SFF de alto rendimiento? En mi opinión, ¡absolutamente! Si buscas un ordenador potente que ocupe poco espacio y tenga un diseño elegante, una PC SFF es una excelente opción. El desafío del montaje y la refrigeración pueden ser intimidantes, pero la satisfacción de tener un ordenador tan pequeño y potente es inigualable.
Además, la comunidad de entusiastas de las PC SFF es muy activa y siempre dispuesta a ayudar. Si tienes alguna duda o necesitas consejo, no dudes en buscar información en foros y grupos especializados. ¡Te sorprenderá la cantidad de recursos y conocimientos disponibles!
Es una máquina que me permite jugar a lo que quiera, crear contenido, y además, se ve genial en mi escritorio. ¿Qué más se puede pedir? 🎉